En una primera
instancia relaciono más mi tema de tesis con la metodología de Raymond
Williams, donde se atiende el productor, el consumidor, etc.; por otro lado la
cuestión postcolonial aplicada a la poesía visual mexicana se me hace algo
forzado. Aunque si se atiende a que de algún modo hay un dominado y un
dominador, por decir, equiparables al colonizador y al colonizado, esta
analogía recae inevitablemente en el canon, en la academia, en las mafias
literarias.
Me enfocaré en el canon
mexicano, el cual regularmente se ha tachado de conservador, o por ejemplo en
las críticas sudamericanas a la poesía reciente mexicana, he leído y escuchado
que a la poesía mexicana le falta calle.
Antes de continuar con el canon, me parece necesario describir a grandes rasgos
la naturaleza de lo que se ha llamado “poesía visual”. Para empezar se la ha clasificado dentro de
otro grupo mayor llamado poesía experimental, resumiendo, lo que se entiende
por poesía experimental es la poesía mezclada con otras expresiones artísticas,
como la fotografía, la pintura, la arquitectura, el performance, o elementos
propios de las nuevas tecnologías como el video o las computadoras. Es decir
que estamos ante una expresión artística híbrida.
Por otro lado, se ha tenido la
idea de que lo “experimental” (entendido como híbrido), era lo nuevo, siendo
esto una idea errónea, pues todas estas expresiones híbridas se pueden rastrear
desde hace mucho tiempo, en el caso de la poesía visual, desde el siglo III a.
de C., así mismo el performance, o en el caso de la época novohispana en
México, bien se pueden mencionar los arcos triunfales, mezcla de arquitectura,
pintura y poesía. Algo que sí es cierto es que estas prácticas habían caído en
el olvido para cuando empezó el siglo XX, pero fueron recuperadas por las
vanguardias artísticas como el dadaísmo, el futurismo, o el surrealismo por
citar algunas. Después tendrán un nuevo impulso en los años cincuenta con la
Poesía Concreta brasileña, y también por esos años está el Letrismo de Isidore
Isou, o las denominadas contrapoéticas norteamericanas de segunda mitad del
siglo XX que se extienden de finales de los años cincuenta hasta principios de
este siglo, donde encontramos personajes como Laston Hughes, afropoeta quien
introdujo técnicas musicales para escribir y fue el primero en interpretar
poemas jazzeados en vivo, la generación beat, el verso proyectivo de Charles
Olson (el contenido determinará la forma), el Black Mountain College (Jonh Cage),
el Happening de David Antin, lo chicano y lo nuyoricano, la
Spoken Poetry, etc.
Lo común a estas contrapoéticas, es precisamente el contacto más cercano
entre el poeta, el arte, y la sociedad, se echa a andar de nuevo el concepto de
vanguardia cambiar la poesía para cambiar
la conciencia. La poesía visual en general y en México a finales de los
ochenta tiene esa carga social, evidentemente cuenta con la influencia tanto
norteamericana como europea y brasileña.
Ahora bien, en México a partir de los años veinte José Juan Tablada introduce
el Haikú y reaviva los caligramas, en ese momento se pueden observar dos
tendencias, una experimental representada por Tablada y la otra, conservadora,
representada por Ramón López Velarde quien critica estas formas de poetizar,
del mismo modo la contienda siguió con los estridentistas y los contemporáneos.
Dicho sea de paso, los estridentistas a pesar de integrar músicos y pintores
como Diego Rivera, pierden por así decirlo, la lucha y serán los contemporáneos
quienes instaurarán el canon, el cual será continuado hasta la fecha.
Sin embargo aparece la figura de Octavio Paz quien en un principio
calificaba de meros divertimentos los
trabajos de Tablada, pero en la década de los sesenta se ve atraído a los
campos experimentales, probablemente por el éxito internacional de la poesía
concreta. De esa manera se abre una pequeña brecha en el canon poético mexicano
la cual duró poco tiempo y con pocos autores como Jesús Arellano, Ulises
Carrión y Enrique González Rojo, por citar algunos. A pesar de esta etapa
experimental de Paz, el canon que se instaura es el de la poesía discursiva o
verbal (llamada así para distinguirla de la híbrida). De ese modo las obras
experimentales de esos autores e incluso del mismo Paz, se consideran al margen
de su obra literaria. Y es ahí donde creo que salta más a la vista que la
calidad viene en función de una metodología de análisis, donde evidentemente la
poesía visual resulta pobre en comparación con la poesía verbal. Así que otra
metodología que dé cuenta no sólo de la parte verbal en el texto, sino también
de lo visual, dará otros elementos a analizar como el punto tipográfico, la
textura, la forma, el marco, el ethos, el ritmo, la temporalidad, el contraste
plástico, tropos, interpenetraciones y emparejamientos, es decir, la retórica
visual, de esa manera se estará en condiciones de revelar esa calidad, ese
trabajo formal minimizado por el canon literario y académico. Aunque claro hay
textos que anulan por completo la palabra a su interior y que insisten en
insertarse dentro de esta poesía híbrida, pero esa es cuestión para otro momento.
Dentro de la perspectiva colonialista, se tiene a un colonizador, en este
caso diré que es el canon que rige y fija las normas de apreciación artística,
por así decirlo funge como una identidad pura, exclusiva y que entiende lo
literario como lo puramente verbal, sin embargo ya ahí hay una contaminación o
mezcla con el aspecto visual, ya que la literatura en algún momento de la
historia comienza a relegar el aspecto oral en su producción y difusión,
privilegiando el canal visual por medio de la lectoescritura.
Así pues, se tiene de un lado en el papel de subalterno o subordinado a
la poesía visual, híbrida, experimental aunque no novedosa, y con carácter
comprometido socialmente; por el otro lado se tiene un canon riguroso, purista
y que dentro de sus omisiones se encuentra la literatura comprometida, a menudo
etiquetándola de panfletaria. Creo que más opuesto no podría parecer esto, sin
embargo, si se observa históricamente el recorrido de la poesía, se ve que
estos aspectos son complementarios, o mejor dicho forman una especie de ciclo,
pues la poesía experimental, al menos en el siglo XX aparece en momentos de
crisis y para no olvidar el fuerte vínculo entre arte y sociedad.
Observando bien esta situación, podría aventurar que la poesía visual se
mueve en el concepto de tercer espacio
de Bhabha, aunque no es que anule la tensión con la hibridez pues esa es la
razón de su segregación, pero sí cuestiona o deconstruye sus elementos.
Interesante el aspecto de la hibridez. Aunque la verdad como que no deja otro rumbo. Es decir, el postcolonialismo puede señalarse de esa manera: colonizado vs colonizador. Sin embargo, ¿Podemos pensar en que el "colonizador" ha sufrido antes una especie de colonización por parte del "colonizado"? ¿Cómo podríamos explicar que haya decidido abordar, otra aspecto contrario a él? ¿Podríamos hablar de una colonización ideológica antes que el contacto cultural y físico?
ResponderEliminarPues creo que una colonización ideológica se da a la par que el contacto cultural y físico, sea que haya o no resistencia a dicha colonización. Aún así en el ámbito literario creo que tampoco se puede hablar de una total intransigencia por parte del canon pues con el tiempo absorbe lo que en determinado momento rechaza. No sé si responda a tus preguntas, espero que sí.
EliminarEl momento en el análisis que planteas sobre la unbicación del colonizador en la poesía experimental que identificas con el canon es lo que más ha llamado mi atención, en específico cuando mencionas que para el canon como colonizador, la identidad pura se corresponde con lo verbal, coincido contigo al mencionar ese estado de pureza en lo verbal. Esta entidad pura en la poesía que se fundamenta en la lengua se contrapondría al uso del lenguaje en el caso de la poesía experimental, más allá de considerar como conservador al canon mexicano, me gustaría reflexionar sobre las diferencias a las que nos llevaría la poesía considerada pura y la experimental sobre la relación con el otro que el es el lenguaje.
ResponderEliminarBueno que rebasen la imagen-dicotomía de colonizado-colonizador. Usen esa figura para adaptarla a otras dicotomías. Lo valioso de Bhabha en este sentido es que trasciende lo colonial por medio de Derrida.
ResponderEliminarFalta desarrollo de los conceptos de Bhabha, sobre todo el de híbrido. La mezcla-combinación de formas artísticas, poesía visual, es un gran medio para aprovechar este concepto. Se trata de géneros "bastardos" "mestizos", es decir, "híbridos".